Nuevo foco de contagio Covid-19 suarios del Metro ignoran regla del distanciamiento
Puntualmente a las 6:00 de la mañana, dos agentes del Cuerpo Especializado para la Seguridad del Metro (Cesmet) abrían las puertas y cuando las personas se disponían a avanzar, fueron detenidas.
“Hay que desinfectarle las plantas de los pies”, indicó uno de ellos, por lo que la decena de personas tuvo que levantar sus zapatos y colocarlos de manera tal que se les pudiera rociar una especie de desinfectante, de componente que hasta los mismos guardias desconocían.
Una vez adentro, la estación del Metro no mostraba grandes cambios, a excepción de los dispensadores de alcohol en gel, el cual una vez en las manos tenía una sensación viscosa que las dejaba resecas y con ganas de lavárselas.
Ya frente a los rieles, se observaron unas líneas amarillas colocadas en la zona de espera, las cuales fueron ignoradas por las personas en primer lugar, pero al tiempo personal del Metro dio instrucciones para que cada uno se colocara sobre estas rayas, situadas de manera tal que se respete el distanciamiento social.
Con la llegada del tren, el primer detalle que denotaban sus vagones era la falta de las señalizaciones para mantener el distanciamiento social. No obstante, dos personas se sentaron una al lado de la otra, acción que fue corregida por los agentes del Cesmet, indicando que se debe mantener la distancia de un asiento.
El trayecto fue silencioso. Transcurridas las cuatro primeras estaciones la decena de personas aún permanecía inmóvil sin ningún nuevo integrante y con un único agente de seguridad, que estaba cerca de la cabina de conducción del tren.
Pero el silencio se vio afectado con la entrada de nuevos pasajeros en la estación de cambio de línea, donde también el flujo de personas, siendo las 6:15 de la mañana, se limitaba a unas ocho personas esperando en tren, cuatro en cada dirección.
En la estación Mamá Tingó, en Villa Mella, cientos de personas se colocaban en dos filas a la espera de para ingresar, mientras eran custodiados por una decena de policías que les recordaban la necesidad de mantener la distancia.
Además de estos recordatorios, en las aceras había colocadas también unas rayas amarillas que indicaban la distancia recomendada entre las personas, señales que, en mayoría de los casos, eran ignoradas por la personas.
“Mientras que yo tenga mascarilla a mí no me va a pasar nada”, exclamó una mujer en la fila a uno de los agentes de la Policía que intentaba colocarla sobre la raya amarilla.
Pasado todo el proceso de la larga fila y la desinfección de los zapatos, el tren esperaba por los usuarios para evitar que se aglomeraran en la zona de espera. Allí, previo a ingresar al vagón, sonaba desde el parlante un mensaje que indicaba la obligación de seguir las instrucciones de los Cesmet y que posiblemente algunos quedarían afuera.
- Por: Jose mojica - Artículo: Nuevo foco de contagio Covid-19 suarios del Metro ignoran regla del distanciamiento