Ante los ataques mal fundados y carentes de veracidad en contra del ministro de Educación de nuestro país, Dr. Roberto Fulcar, sentimos el compromiso, como ente de la sociedad, de fijar una postura sobre el tema.

Desmeritar a una persona con ataques que dañan la moral nunca debe ser el instrumento, y menos para un ser humano que hace uso correcto de su investidura como servidor público; un ser humano que por demás ha dedicado sus mejores años de vida al desarrollo de la educación de nuestro país, sin exigir nada a cambio, solo porque cree en una mejor Nación, en un sistema que merece el auxilio de aliados dispuestos a dar lo mejor de sí para que se coloque a la altura que demanda la Nación, que busca colocarse en el camino de la excelencia educativa.

Roberto Fulcar, además de provenir de una familia que siempre ha enarbolado la ética, es un ciudadano consciente de sus deberes, con alto respeto en sus funciones y siempre apegado a las leyes de nuestra Nación, sin hacer uso de privilegios que manchen el buen manejo de su servicio ante el Estado dominicano.

Sabemos que hacer las cosas correctas molesta a gente que no tiene escrúpulos, que no saben otra cosa más que no sea tratar de confundir a las personas y crear toda una torre de mentiras, calumnias y difamación, tratando de lograr que la gente la asuma como una verdad; sin embargo, por más que se repita no deja de ser una mentira multiplicada que se derrumba ante los ojos de todos, sin lograr el efecto que buscaban. 

El chantaje es cosa del pasado, este es un Gobierno que no tolera los errores que lastimen el Erario, y es por eso que cuenta con funcionarios de la estirpe de Roberto Fulcar, apegado siempre a las buenas funciones de compromiso con la Nación dominicana, con un alto espíritu de trasformación, entregado a las mejores causas en procura de una educación moderna,  en medio de la difícil situación de pandemia, un gigante que no da su brazo a doblegar, que día a día fortalece su compromiso con el Cambio, que no necesita tomar un peso del Estado para sobrevivir y que su ejemplo de vida es la mejor carta de presentación. Por estas y otras razones damos nuestro total apoyo al ministro de Educación.

Nuestro respaldo no es fruto de apego a ningún tipo de beneficio económico, más bien lo hacemos por nuestros hijos e hijas que hoy reciben una educación de calidad sin distorsión, con las tecnologías necesarias a su alcance de forma gratuita, con profesores orientados a un plan con proyección de crecimiento en todas las áreas del saber, entre otras tantas cosas nos motivan a dar un espaldarazo en medio de los ataques que lanzan al ministro, muchas veces tocando la fibra más sensible, su familia.

Presidente Luis Abinader, la sociedad dominicana siente un alto respeto por usted, el hecho de colocar a una persona como Roberto Fulcar en el Ministerio de Educación nos deja claro el compromiso que su Gobierno tiene con las familias dominicanas. ¡Gracias Presidente!

Fulcar, nosotros que estamos presenciando la trasformación en la educación en nuestros hogares, lo apoyamos y repudiamos toda difamación en su contra.